"Conductas Compulsivas" en nuestras mascotas

Las conductas compulsivas son aquellas conductas anormales que se realizan de forma repetitiva, invariable y sin función aparente. Las hay en general de dos tipos:

  • Conductas adquiridas para enfrentar una situacion estresante (ambiental, social, etc)
  • Aquellas que son producto de enfermedades.

 

Una conducta de este tipo puede ser por ejemplo:

Acicalamiento, caminatas, comer, cazar, ser agresivo, perseguirse la cola, etc. Pero en éste caso se manifiestan de forma exagerada, fuera de contexto e interfieren con la vida normal de la mascota.

En la manifestación de las conductas compulsivas el animal puede llegar a causarse lesiones y automutilaciones, lo cual empeora el problema y alarga el problema.

Las conductas compulsivas pueden aparecer a cualquier edad y son igual de frecuentes en machos que en hembras. Existen datos de predisposición Racial quizás por el tipo de carácter predispuesto por razas.

 

 

 

Hay que tener en cuenta que el animal debe cumplir las características mencionadas anteriormente, es decir, el animal debe realizarlas repetida e invariablemente y sin ninguna función aparente.

Estas conductas son un signo de que algo anda mal, más no son una enfermedad por sí solas, por lo que pueden tener diversas causas, por ejemplo: problemas intracraneanos o del sistema nervioso, fracturas, dolor, problemas propios de la piel, algunos tipos de epilepsia, entre otras.

No obstante las conductas compulsivas se asocian a menudo a factores ambientales y a situaciones que generan ansiedad o estrés, como por ejemplo:

    Frustración reiterada o crónica: Nuestra mascota no puede realizar alguna acción que quiere mucho hacer. Esto puede ocurrir en situaciones de estar mucho tiempo solo o mantenerlo sin estímulos como pasear o jugar. Hay evidencias que ciertos comportamientos como el de la ingesta de fecas (denominado clínicamente como "coprofagia"), el acicalamiento excesivo (generalmente en gatos) y otras conductas estereotipadas son típicamente expresadas en mascotas muy aburridas (por ejemplo animales encerrados en caniles o solos en el jardín por largos períodos)

     

    Existen otras situaciones de estrés crónico que favorecen conductas de carácter compulsivo, como algunos casos de lesiones de piel por lamido (dermatitis acral), parecen ser secundarios a ansiedad por separación.

A veces, castigamos de manera inconciente a nuestras mascotas, no dándoles la atención que necesitan. Este tipo de actitudes involuntarias llevan generalmente a la aparición de estas conductas.

Resulta importante recalcar que las conductas compulsivas suelen estar reforzadas por el mismo propietario. Si la persona presta atención a la mascota cuando ésta realiza esta conducta, aunque sea con el objetivo claro de interrumpirla, la conducta puede tender a repetirse.

El diagnóstico médico de la enfermedad, está basado en la observación de la conducta, la información detallada entregada por el dueño, además de descartar posibles enfermedades que provoquen secundariamente una alteración de la conducta. Es importante que la persona que lleve a la mascota al veterinario sea alguien que haya visto el problema y que conviva con ella.

Las conductas compulsivas tienen un pronóstico reservado y el plan de tratamiento no siempre consigue el éxito esperado, normalmente la terapia, única o múltiple, incluye los siguientes puntos:

  • Terapia farmacológica (p.e.: ansiolíticos)
  • Modificación del ambiente (p.e.: eliminar fuente de frustración/estrés/conflicto, aumento de la estimulación mental, rutinas de paseo, ejercicio, alimentación, obediencia)
  • Corrección del manejo por parte del propietario: evitar castigo, refuerzo involuntario, manejos

 

El tratamiento por parte de un etólogo es fundamental cuando el clínico no puede cubrir todos estos puntos. La etología comprende una de las tantas ramas que posee la medicina veterinaria, en la cual se estudian y tratan todos los problemas de comportamiento de los animales.