La TBIC o también llamada "Tos de las Perreras", es una enfermedad infectocontagiosa de las vías respiratorias de nuestras mascotas, afecta a caninos, incluso salvajes, de todas las edades.

Al igual que los cuadros respiratorios a los que nos vemos enfrentados los humanos, esta enfermedad tiene alto riesgo de contagio, se caracteriza por la tos seca característica, falta de apetito y secreción nasal (a veces ausente). Esto puede avanzar a una bronquitis con secreción de flema, a una neumonía e incluso la muerte del animal si no es tratado de forma correcta.

La enfermedad está caracterizada por la presencia de virus como agentes causales de la enfermedad principal y a la vez bacterias, que potencian los efectos secundarios de una enfermedad respiratoria. La enfermedad está caracterizada por la presencia de virus como agentes causales de la enfermedad principal y a la vez bacterias, que potencian los efectos secundarios de una enfermedad respiratoria.

Los signos respiratorios aparecen aproximadamente 4-5 días post infección.

El diagnóstico generalmente se hace según los signos clínicos que puede encontrar el Médico Veterinario al examinar al animal, también se pueden aislar los microorganismos realizando cultivos bacterianos o aislamiento de virus desde las secreciones, las cuales son enviadas al laboratorio para su procesamiento.

El tratamiento de la enfermedad dependerá del criterio con el que trabaje tu  Médico Veterinario, pero en general al igual que en nosotros los humanos, se deben administrar medicamentos antiinflamatorios y antipiréticos, antibióticos, expectorantes y broncodilatadores, dependiendo de las complicaciones que se vayan presentando se elegirá el tipo de medicamento y el período de administración. Sumado a esto, es muy importante en este periodo de enfermedad cuidarlos de los cambios bruscos de temperaturas, no someterlos a temperaturas extremas (mucho frío y tampoco calor excesivo) e idealmente el ejercicio debe ser restringido para no irritar más aun la vía aérea por el flujo de aire.

La enfermedad viral es causada por virus que son específicos para esta especie, pero las bacterias que dan el resto del curso de la enfermedad son categorizadas como zoonosis, esto quiere decir que existe un componente de contagio a humanos que estén susceptibles, como por ejemplo en tratamientos inmunosupresivos, SIDA, cáncer, o cualquier enfermedad respiratoria crónica. En personas o niños sanos no tiene ningún efecto infectocontagioso.

Al igual que en todas las enfermedades graves, la prevención o profilaxis es de gran importancia para evitar todas estas complicaciones en nuestras mascotas y evitar verlos enfermos. Existe una vacuna que ayuda a prevenir el contagio de la enfermedad o bien disminuir las complicaciones de la enfermedad.

Es una vacuna que no es inyectable como todas las que conocemos, sino que se administran unas gotitas vía intranasal, no produce mayor molestia, tiene un efecto protector aproximado de 72 horas, esto quiere decir que en tres días nuestra mascota queda protegida frente a esta enfermedad y tiene una duración de 1 año, por lo que la revacunación anual está recomendada para mantener el efecto protectivo.